Al borde de la noche los caídos
Que nunca levantaron sus espadas
Para extenuar el corazón herido,
Aquellos que al vivir se rebelaron
Ante el brillo sin fin de las estrellas,
Para cantar con la mirada altiva
de los celtas al son de los aztecas.
Cayeron como el cierzo que se dobla,
Pero deja en la historia una estampida
Trotando en los mexicas corazones,
Cantando desde irlanda su delirio ,
Penetrante en la sed de los que fueron
Lampos inextinguibles de la vida
Privando de la muerte a los guerreros…
Hijos de Cuchculaín, la acción es clara:
Morir por una tierra tan distante
De los valles idílicos de Irlanda,
Cruzar la sirte brava del Atlántico
Para lidiar en tierra americana,
Bajo el dulce recuerdo de algún lago,
blandiendo la terrible cimitarra…
La espada de Caoilte -la Certera-,
Trocada por el rifle y por la bala,
Sigue tajando al viento la desdicha
De batallar por alcanzar los prados .
De la trágica tierra mexicana.
En el albo increscendo del amor
Despierto en el fragor de la batalla .
¡Saint Patrick por delante. La cadencia
De un arpa en los verdeados corazones
Y la sonrisa abierta de Cumhail
En cada uno de los no invasores,
Transformados en ángeles de Irlanda,
Vivientes en las épicas legiones
De los tiempos gaélicos de Tara.
Se cruzan los aullidos de las armas,
Como largos cuchillos del destino
Y en la tierra feraz de los nopales,
Donde la luna entona algún gemido,
Se trocan los anhelos de dos almas,
Un mexica y un celta que le abraza
en el encuentro verde y peregrino…
Banshees y la llorona en el camino
Apresuran su paso en el sendero
Para arrastrar al celta prisionero
Hasta la horca infame del destino.
Llora Daerdra por Noisi. El desespero
Sucumbe a Xochiquetzal en el llanto
Y caen bajo el fragor del enemigo..
Tristes son estas épicas doradas
Historias de los Fenians irlandeses,
Que sembrando sus huesos en la estrada
De México abonaron otras mieses,
De los versos de Ossián y los fenianos
Para cantar al mundo la dulzura
de los nuevos guerreros mexicanos…!
Epílogo.
O’Leary, O´Leary O’Leary no te vayas…!
Desde su corazón Patricia Cox
Entona este clamor enamorado:
O’Leary más que un nombre, es un presagio
De las místicas luces que recitan ..
La delicias futuras de los tréboles
en la ambrosía azul de tenochtitlan
Sp-12-2008
Que nunca levantaron sus espadas
Para extenuar el corazón herido,
Aquellos que al vivir se rebelaron
Ante el brillo sin fin de las estrellas,
Para cantar con la mirada altiva
de los celtas al son de los aztecas.
Cayeron como el cierzo que se dobla,
Pero deja en la historia una estampida
Trotando en los mexicas corazones,
Cantando desde irlanda su delirio ,
Penetrante en la sed de los que fueron
Lampos inextinguibles de la vida
Privando de la muerte a los guerreros…
Hijos de Cuchculaín, la acción es clara:
Morir por una tierra tan distante
De los valles idílicos de Irlanda,
Cruzar la sirte brava del Atlántico
Para lidiar en tierra americana,
Bajo el dulce recuerdo de algún lago,
blandiendo la terrible cimitarra…
La espada de Caoilte -la Certera-,
Trocada por el rifle y por la bala,
Sigue tajando al viento la desdicha
De batallar por alcanzar los prados .
De la trágica tierra mexicana.
En el albo increscendo del amor
Despierto en el fragor de la batalla .
¡Saint Patrick por delante. La cadencia
De un arpa en los verdeados corazones
Y la sonrisa abierta de Cumhail
En cada uno de los no invasores,
Transformados en ángeles de Irlanda,
Vivientes en las épicas legiones
De los tiempos gaélicos de Tara.
Se cruzan los aullidos de las armas,
Como largos cuchillos del destino
Y en la tierra feraz de los nopales,
Donde la luna entona algún gemido,
Se trocan los anhelos de dos almas,
Un mexica y un celta que le abraza
en el encuentro verde y peregrino…
Banshees y la llorona en el camino
Apresuran su paso en el sendero
Para arrastrar al celta prisionero
Hasta la horca infame del destino.
Llora Daerdra por Noisi. El desespero
Sucumbe a Xochiquetzal en el llanto
Y caen bajo el fragor del enemigo..
Tristes son estas épicas doradas
Historias de los Fenians irlandeses,
Que sembrando sus huesos en la estrada
De México abonaron otras mieses,
De los versos de Ossián y los fenianos
Para cantar al mundo la dulzura
de los nuevos guerreros mexicanos…!
Epílogo.
O’Leary, O´Leary O’Leary no te vayas…!
Desde su corazón Patricia Cox
Entona este clamor enamorado:
O’Leary más que un nombre, es un presagio
De las místicas luces que recitan ..
La delicias futuras de los tréboles
en la ambrosía azul de tenochtitlan
Sp-12-2008
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