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Lo lamentable de los hechos, es que quien haya realizado esto lo hizo con el afán de molestar a los familiares y amigos de Chencho; el valor que pueda tener en el mercado como metal es relativamente bajo y si se vende a un coleccionista este simplemente se estará haciendo cómplice de un delito; mas que delito esta el daño a un símbolo del Pueblo Mágico: Chencho. Inocencio Hernández es el símbolo de la hospitalidad de Real del Monte, el vínculo entre cuatro culturas que conforman la esencia de la zona minera de Hidalgo: Nahuatl, Otomí, Hispana y Celta.
Quiero decirle al agresor si esta leyendo esto que se puede quedar con la placa, porque Chencho mas que un monumento hay algo que nos hace tenerlo presente todos los días: El creer en lo que hacemos y amar nuestro trabajo; el creyó en el Cementerio cuando a nadie le importaba, en una época que quedo olvidado, sin embargo el tuvo la visión de que las cosas cambiarían y le toco verlo, nos transmitió esa mística que ahora sigue y parece como si el estuviera ahí; nos enseñó a que en la vida hay que hacer lo que amamos sin buscar honores y recompensa, ese es el mejor monumento de nuestro amigo.